La barca del dios sol
navega por el río de la tarde.
Hay sones de campanas que se alargan
aleteando en los vientos.
Pasan nubes errantes...
Hay perfumes dormidos que despiertan
al dulce roce de los pensamientos.
El andar de las horas de la tarde,
intangibles y quietas,
derrama a su paso la dulzura
feliz de este momento.
Todo es quietud y paz, horas tranquilas,
como la vida, a veces
se nos ofrece dulce y perfumada
como una novia bella,
cuando no hay ambición que nos provoque,
ni tampoco pasión que nos desborde.
La barca del dios sol,
navega por un río de colores…
A lo lejos los pájaros emigran
hacia tierras extrañas.
El misterio del ser se transparenta
en el hechizo de esta tarde quieta,
transfigurando tiempos sin medidas.
Surge el ser interior y se repliega
muy dentro de nosotros
y nos muestra caminos sin fronteras,
y nos cuenta la página olvidada
del libro del ensueño,.
que se quedó cerrado cuando, aún niños,
perdimos la inocencia..
La barca del dios sol
navega por un río opalescente.
Se aleja por la estela de sus luces
hacia tierras remotas.
¡ Arrobada en la tarde queda el alma
contemplando el silencio.!
Como este atardecer, el alma misma
de esta vida se aleja,
buscando, así, los mundos ignorados
de la Divina Ciencia:
La vida verdadera;
¡la eterna evolución de la conciencia.!-
Juan Manuel Olveira
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