jueves, septiembre 02, 2010

Estimados amigos:

El Vº Encuentro de escritores argentinos, que se realiza en Bialet Masse, Provincia de Córdoba a tenido a bien premiar con el 1º premio "Sonetistas" el poema de mi autoria "LA ETERNIDAD" y con la Prmera menciòn el soneto "DECEPCION".

Mas abajo transcribo el e-mail que me ha llegado desde alli y los sonetos premiados.

Un abrazo a todos.
Juan Manuel.
V Certamen Nacional de Sonetistas “Bialet Massé”

Primer premio
Por la obra: La Eternidad
Autor: Juan Manuel Olveira

Segundo premio
Por la obra: El Agua que se Escapa
Autor: Silvia Estela Longoni

Tercer premio
Por la obra: El Mito
Autor: Jorge Alfredo Gaillardou

Primer Mención
Por la obra: Decepción
Autor: Juan Manuel Olveira

Segunda Mención
Por la obra: Allí Donde la Flor
Autor: Hilda Norma Vale

Tercera Mención
Por la obra: Soneto de los Fresnos Amarillos
Autor: Álida Jorga Allocco












LA ETERNIDAD

"Los cielos proclaman la gloria de Dios
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Salmo: 19:1"

Yo contemplo este cielo así estrellado,
y al mirar tanta gloria es evidente
que no puede abarcar la humana mente
la inmensidad total de lo creado.

Y contemplo los tiempos y extasiado
me deja la existencia del presente,
por que solo es razón, más que aparente,
de que apenas existe y ya es pasado.

De la lejana estrella, ¡tan distante!,
hoy me llega el pasado en luz brillante,
y al mirar su belleza me limito

a comprender que solo es relevante
el saber que: lo eterno es un instante
y que solo es un punto el infinito.

Juan Manuel Olveira



DECEPCION
Es el ocaso y en la luz difusa
se recorta el perfil de la palmera.
la sombra avanza y la luz postrera
torna la realidad tenue y confusa.

Es la hora solemne en que inconclusa
vuelve a la tarde mi actitud de espera...
Otra tarde sin ella. Desespera
mi corazón que con razón la acusa.

La noche acecha y en las sombras pienso
que su olvido esta solo en su comienzo.
A pesar de que mi alma la reclama

y el corazón la sueña y la retiene,
¿de qué vale esperar si ella no viene?
¿de qué vale soñar si no me ama?

Juan Manuel Olveira

sábado, marzo 27, 2010

CANTO A GUALEGUAYCHU




Templo de Dios, Olimpo en la llanura,
junto a un río de playas amarillas,
donde se bañan ebrios de verdura
los sauces lujuriosos de la orilla,

te levantas soberbia y orgullosa
cual hito indicador en la lomada,
a veces emocional y bulliciosa,
otras veces apacible y apagada.

En la paz de las siestas tu reposas
dormida en las riveras desoladas.
Te arrullan las corrientes rumorosas
y el rumor de tus frondas encantadas.

Digo: ¡Gualeguaychù, de mis amores!
y exalto de tu hijos las grandezas
Parnaso de poetas y cantores
que cantaron en versos tu belleza.

Amo tus plazas, tu aptitud, tu gentes
Sencilla y franca, amigable y sana,
como el canto dorado de tus fuentes
como la placidez de tus mañanas.

Y en la estrofa final de mi poesía,
quiere cantar mi verso ciudad amada::
¡Aquí se ha de quedar el alma mía
cuando llegue el final de mi jornada!

Juan Manuel Olveira
Bs. Aires, Julio de 2009

viernes, marzo 19, 2010

PROMETEO



Reencarnación II

Prometeo sufriente en tus cadenas
tu me traes al filo de la vida
un presagio de muerte indefinida
al rumor del torrente de mis venas...

Palpitante y vital es una escena
doliente aquí en mi noche acaecida
por que vuelves eterna y repetida
a renovar la carga de mi pena..

Puso Dios en mi alma muchas vidas
con dolor y martirio consumidas.
Clavó en ella la sed que me condena

a vivir cada muerte revivida.
Cada vida que vivo es una pena
cada instante de gozo es una herida.


Juan Manuel Olveira

LABIO YERTO


Fue en ese tiempo del dolor primero
en que dijiste, amor:- no me querías-
se quedó muda mi alma y ese día
dejo mi boca de decir: ¡ te quiero!

No pudiendo negarme a ser sincero,
ansié gritar:¡ te quiero todavía!,
en vano intento vi que no podía,
a pesar que en mi amor aun persevero.


Y hoy en mi verso, sueño y fantasía,
puedo plasmar en letras,¡ mudo acierto!
la dicha de escribir esta poesía

y decirte por ella a labio yerto:
te quiero como entonces te quería.
Te quiero y más te quiero vida mía.

Juan Manuel Olveira

PARA ENCONTRAR LA LUZ





Para encontrar la luz,
es preciso golpear fuerte la piedra
y descubrir, así, el fuego que arde dentro de ella.
Si preguntas al mundo por todas sus angustias
te responde un silencio de estatuas.
Es preciso andar solo,
consultar con el fuego que arde en la chimenea,
extasiarse en las tardes que acarician los vientos
contemplando el paisaje.

Para encontrar la luz
es preciso primero internarse en las sombras
que habitan dentro tuyo
y escuchar la voz en vuestro propio ser
donde apura el torrente de la sangre bermeja,
interrogar al viento que murmura en las puertas
en las noche de invierno.

Para encontrar la luz
es preciso pisar con los desnudos pies
el cristal de la escarcha
para comprender luego al aterido
que duerme en los portales de la indiferencia
donde la riqueza muestra un rubor
de angustia cínica.
Entonces comprenderás que aquella luz
siempre estuvo dentro tuyo
pero que surge ahora esplendorosa
en la aurora de tu nuevo ser.

Juan Manuel Olveira
Buenos aires, 27 de enero de 2010.-

BUCÒLICO


En este ocaso que al silencio llama
perplejo queda el ser y solo espera
la noche que se acerca y persevera
la nostalgia que el alma le reclama.

El cielo es un torrente que se inflama,.
en el poniente y en la luz postrera
surgen sombras opacas y agoreras
que preceden la noche con su drama.

Canta el río rozando las totoras.
Con el paso infinito de las horas,
la noche ya es un manto en la ribera.

Bucólica acuarela que amalgama
el alma y el paisaje en este drama
de la infinita noche de la espera.

Juan Manuel Olveira

G.Bourg, 4 de Noviembre de 2009

jueves, marzo 18, 2010

NOCTURNO


En la callada noche tiritan las estrellas,
grises sueños de espera van navegando ausencias.
Tenues como la luz
que los astros reflejan
son esas esperanzas que en el alma navegan.
¿Por que será que siempre que la noche es serena
se agolpan los recuerdos que anidan mis tristezas?
Canta el rumor del mar su melodía eterna
y crujen las cadenas de una barcaza vieja
Hoy he visto en la arena una gaviota muerta,
¿se abra muerto cansada de luchar con los vientos?
--Sueños de antiguos mitos, melodías y versos
a veces sobrevuelan como sombras mi cielo--

¿Por qué se habrá quedado todo mi amor adentro,
como una caracola enterrada en la arena?
¡Oh!, la alquimia del tiempo que cristaliza todo
dejando del amor la amarga sal dispersa.
Ella fue solo un sueño, el más perfecto sueño,
sólo dejó en mi boca el sabor de sus besos
y partió para siempre en su barca de nácar
de su esbelta figura solo quedó el recuerdo.
y a pesar de que el mar me arrebató esos sueños,
en esta larga noche aún espero el regreso…

Juan Manuel Olveira

LA CANCIÓN DEL RIO

La tarde desfallece. Sobre el río
se ha derramado un cántaro de grana,
mientras que en lontananza, se desgrana
la vaguedad ideal de un sueño mío.

Hay sueños que flotando en el vacío
divagan con los últimos destellos,
y en este deambular, místico y bello,
que palpita en la tarde, canta el río.

Y tu nombre se expande por los cielos.
Ya la noche nos cubre con su velo,
mientras canta el río su canción al viento,

canta tu nombre, canta en mis oídos,
hay perfumes que embriagan mis sentidos
y llevan hacia ti mis pensamientos.

Juan Manuel Olveira






EL TIEMPO


Somos como la nada, somos nada en la nada
un engendro del cosmos cuya existencia vana,
como una mariposa, nace por la mañana
y se muere en la noche, sin ver más la alborada.

En las noches escucho la triste campanada
del carillón del pueblo, en la iglesia cercana,
y por cada sonido que emite la campana
se va un jirón de vida, paso a paso a la nada.

El tiempo es un misterio y la nada un abismo
por él me precipito muy lejos de mí mismo.
Es inútil la lucha, todo esfuerzo es en vano,

por detener el tiempo en su mortal abrazo,
con ritmo inexorable agiliza su paso,
se desliza sin pausa, como el agua en la mano.

Juan Manuel Olveira

EL OLVIDO

EL OLVIDO
Si después del amor queda el olvido,
del olvido, después, no queda nada,
sola y ausente queda la mirada
buscando en vano todo el bien perdido.

En la flama del tiempo acaecido
se consumen las ansias no logradas
y los sueños de cosas muy amadas
son menos que a una sombra reducido.

Dichosa tu; tu corazón me olvida
y ya no formo parte de tu vida.
Yo en cambio, que olvidarte he pretendido,

no consigo olvidarte todavía,
y aun que olvido el vivir de cada día,
me olvido de olvidar que te he querido.

Juan Manuel Olveira

2009



martes, marzo 27, 2007

LA ESPERA






















POESIA PREMIADA CON EL PRIMER PREMIO EN EL CERTAMEN DE POESIA "HOMENAJE A LA POETIZA ROSALIA DE CASTRO" ABRIL DE 2007
Solo el recuerdo y yo,
solo la espera...
La noche es todo.
Se acomoda tu ausencia al lado mío
sin pronunciar palabras.
Andan duendes descalzos por la casa
cabalgando escaleras.
Te puedo percibir aun que no te halles
y en la afiebrada espera sin retornos
puedo ceñir tu talle.
Es tu ausencia total, solo tu ausencia,
que devoró mi vida y mi quimera.
¿Donde hallarte en el tiempo y el espacio
sin parámetros ciertos,
sin coordenadas fijas que en la noche
precisen tu presencia, que yo aguardo?.
Solo el recuerdo y yo,
solo la espera...
La sombras se devoran los objetos,
mis ojos la taladran, las otean
esperando que surjas de entre ellas,
cual espectro.
Que llegues hasta mi, que te deslices
bajo la ropa junto aquí, a mi cuerpo,
buscando protección, como antes era.
Solo la noche aquí, por dentro y por afuera

Solo el recuerdo y yo,
solo la espera...

Juan Manuel Olveira

AMOR Y ODIO















Si tanto amó mi corazón al suyo
no puedo yo entender ¿ como he podido
transformar el amor de lo querido
en el odio, que hoy solo retribuyo?.

El odio que a su olvido yo atribuyo
es despecho tal vez de los sentidos.
¿O quizás el dolor de lo perdido
la causa sea de lo que hoy destruyo?

La apetencia trivial de los deseos
ha confundido amor con devaneos.
Comprenda el corazón arrepentido,

no ha sido amor entonces lo sentido:
el verdadero amor siempre ha deseado
el bien eterno del sujeto amado.


Juan Manuel Olveira

14 de enero de 2007

jueves, octubre 12, 2006

VISION


Orilla el marco azul del cielo,
de las mariposas y de las azaleas,
la visión del silencio...
Puedo, sí puedo, vislumbrar en la tarde apacible
el fortificante aroma de tu piel morena.
He vagado por regiones de sombras
aterido y confuso.
He descubierto los rincones sucios
y enhorinados de mi mente.
¿Hasta cuando el cieno cubrirá las paredes,
el techo, las puertas, las ventanas,
las azoteas de mi alma?.
Quiero inhalar una bocanada de aire fresco y perfumado.
Ahora vienes a mí, como una mariposa,
para posarte aleteando
en mi mano alargada, anhelante,
ávida de caricias nuevas
y puedo sentir el perfume de tu piel
que se expande en la tarde
como una melodía.
Ven, juguemos a que todo será igual
que en el tiempo del amor primigenio
para que la noche no nos atrape
entre sus telas, como una araña negra
y nos consuma para siempre.
Ven, aun queda un tiempo.
Es aún el ocaso...
Juan Manuel Olveira

EL ARBOL Y LA ENREDADERA

En un rincón del parque adormecido,
una encina senil, languidecía,
y en sus enjutas ramas, ya no había
la vital sabia de los tiempos idos.

Sin embargo en su ser aún palpitaba
la fuerza del vivir de otros estíos,
y aún entonces, brotaba en los rocíos,
una flor que su savia elaboraba.

Y no era majestuosa, ni crecía
como el jardín antaño conociera,
y no era su belleza, ni siquiera,
la sombra de su antigua lozanía.

Pero un día creció una enredadera,
fresca, dulce, jovial, estremecida,
que en abrazo total y florecido,
le dio al árbol belleza verdadera.

Desde entonces volvieron los jilgueros
a cantar en las ramas de la encina.
Desde entonces, también, las golondrinas,
retornaron con cantos y gorjeos…

Y entre las ramas de la enredadera
y entre sus hojas ya reverdecidas,
en melodioso cántico a la vida ,
el árbol volvió a ser, lo que antes era.
Juan Manuel Olveira

SOÑANDO

La tarde se llenó de fantasías,
pregonando en los cielos mi ventura,
y dueño de tu amor y tu hermosura,
tu gracia me dictaba una poesía.

La tarde en lontananza se perdía
Embriagada en sus últimos destellos.
Mi mano se enredaba en tus cabellos,
tu boca se juntaba con la mía.

Mas, al oír de las aves dulce acento,
una nube veló mis pensamientos,
dejando, así, en suspenso mis ensueños...

Sobre la quieta majestad del lago,
iban danzando mis recuerdos vagos
y allá, a lo lejos ,se perdían mis sueños...
Juan Manuel Olveira

INVIERNO


Danza y danza sin cesar la lluvia
desnudándose, a veces, en el viento.
Esta lluvia total, definitiva,
que en las ventanas el cristal golpea.
Esta lluvia ahonda en mí los sueños,
los vuelve realidad en el pensamiento.
Páginas del ayer que se trastocan,
emergen, se confunden y se vuelven
danzando con la lluvia sin sosiego,
y dejan, al final, sólo recuerdos
de los caminos viejos...

Danza y danza sin cesar la lluvia
en la tarde sin rostro del invierno.
Huyen los pájaros al confín brumoso,
se despeinan los árboles al viento,
(esta lluvia de pobres que tiritan
va a dejar en mi ser profundas huellas).

Lluvia sin fin, inagotable lluvia,
danzando por las calles de mi pueblo.
Lluvia impía y fatal, danza tu danza,
golpea con tu son como un pandero,
y conmueve las fibras de mi alma,
con la luz sin igual del pensamiento.
Juan Manuel Olveira

DECEPCIÒN



Es el ocaso y en la luz difusa
se recorta el perfil de la palmera.
la sombra avanza y la luz postrera
torna la realidad tenue y confusa.

Es la hora solemne en que inconclusa
vuelve a la tarde mi actitud de espera...
Otra tarde sin ella. Desespera
mi corazón que con razón la acusa.

La noche acecha y en las sombras pienso
que su olvido esta solo en su comienzo.
A pesar de que mi alma la reclama

y el corazón la sueña y la retiene,
¿de qué vale esperar si ella no viene?
¿de qué vale soñar si no me ama?
Juan Manuel Olveira

NAUFRAGIO



Sin ti mi corazón, ¡qué desolado
se encuentra en puerto mi bajel! Perdido
estoy en medio del dolor, herido
cual si en la mar hubiera naufragado.

En mi ser, estos sueños destrozados
son restos del naufragio revivido.
Por más que quiero conseguir olvido,
retornan los fantasmas del pasado.

No demando de mí sino el descuido
de no sufrir más nunca lo perdido,
pero es inútil por que no me es dado

olvidar ya lo mucho que te he amado.
Me pregunto:¿acaso lo sufrido,
no guarda proporción con lo adorado?.
Juan Manuel Olveira

martes, octubre 10, 2006

OCASO




La barca del dios sol
navega por el río de la tarde.

Hay sones de campanas que se alargan
aleteando en los vientos.
Pasan nubes errantes...
Hay perfumes dormidos que despiertan
al dulce roce de los pensamientos.

El andar de las horas de la tarde,
intangibles y quietas,
derrama a su paso la dulzura
feliz de este momento.
Todo es quietud y paz, horas tranquilas,
como la vida, a veces
se nos ofrece dulce y perfumada
como una novia bella,
cuando no hay ambición que nos provoque,
ni tampoco pasión que nos desborde.

La barca del dios sol,
navega por un río de colores…

A lo lejos los pájaros emigran
hacia tierras extrañas.
El misterio del ser se transparenta
en el hechizo de esta tarde quieta,
transfigurando tiempos sin medidas.
Surge el ser interior y se repliega
muy dentro de nosotros
y nos muestra caminos sin fronteras,
y nos cuenta la página olvidada
del libro del ensueño,.
que se quedó cerrado cuando, aún niños,
perdimos la inocencia..

La barca del dios sol
navega por un río opalescente.
Se aleja por la estela de sus luces
hacia tierras remotas.
¡ Arrobada en la tarde queda el alma
contemplando el silencio.!
Como este atardecer, el alma misma
de esta vida se aleja,
buscando, así, los mundos ignorados
de la Divina Ciencia:
La vida verdadera;
¡la eterna evolución de la conciencia.!-
Juan Manuel Olveira

AMOR DE OCASO


Recordar el ayer, hoy ya distante,
y el amor de los dos que ha persistido,
a pesar de la fuerza del olvido,
para estar aun activo y anhelante.

Como ayer, como siempre, como antes,
que hoy el ocaso nos encuentre unidos,
y los recuerdos del amor vividos
sean agua de una fuente, refrescante.

Nos queda, amor, un hoy, un todavía,
para andar un sendero en compañía
de la mano los dos como era antaño.

Viene la noche en su aptitud sombría,
mas, a pesar del paso de los años,
más te quiero y te adoro todavía.

Juan Manuel Olveira

NEHUÈN


En tu franca mirada y tu cariño
hay un trozo de cielo aquí en la tierra,
que se refleja en ti, porque esto encierra
mi misma imagen de cuando era niño.

Imagen que el amor me dulcifica
y me entrega en belleza renovada
porque sé que al final de mi jornada
tu existencia la mía justifica.

Ríe y tu risa por el aire canta
como un ave feliz.¡Cómo me encanta
ver que en tu cara forman dos hoyuelos

cuando estalla en tu rostro la alegría!
se me ensancha de gozo el alma mía
y me llena de orgullo ser tu abuelo.

Juan Manuel Olveira

SINFONIA OTOÑAL



El otoño derrama sus nostalgias
Sobre las calles húmedas...
El viento toca su instrumento alado,
En el verde encordado de los pinos..
Va la tarde muriendo, y ya la noche,
Derrama su crespón oscuro y húmedo.

Llegas a mí como en sueños. Yo adivino,
Tu airoso caminar por el sendero,
Tu pollera plisada en movimiento,
Revelando en tu andar tu encanto intimo.

Sentado en este banco, frente al río...
Veo hoy rodar las hojas del otoño.
(¡ Que pronto llegó el frió! )
Las hojas son los sueños de la ausencia,
Que cayeron del árbol de la vida.
Se obstinan en vivir, revolotean,
El viento las anima y acaricia,
Pero son sueños rotos, solo sueños,
Retazos del estío...
Así son los recuerdos
Que vagan sin razón por los caminos
De la memoria mía.

Tu estás viviendo en ellos
Como siempre, tan bella y pensativa
Esbelta y persuasiva, amorosa y lejana,
...y aún mía
Juan Manuel Olveira

A UN AMIGO POETA


A Guillermo S. Ledri
Amigo y poeta

Agobiados por sombras y fracasos
van los hombres que ignoran su destino
y así, de desatino en desatino,
van sembrando de espinas, a su paso.

Sembrando errores y anudando lazos
a todos, viven su ferviente sino,
Bebiendo, entonces, de su amargo vino,
sin que lo sepan, les llegó el ocaso.

Tú, en cambio, Ledri apresuraste el paso
con rimas y sonetos y dulzuras,
sembrando amor, con fe, sin amarguras,

como quien siembra flores al acaso.
¡Feliz de ti que bebes del buen vino
y vives con sonrisas tu destino!
Juan Manuel Olveira

AMIGO



A Miguel A Pizzio, amigo y compinche
en el día de su aniversario

Buscando en tu incesante fantasía
el estado ideal, el hombre puro,
recorriste los mares sin apuro
en un bajel con velas de alegría.

Esforzado marino en hidalguía
como Ulises te ataste al palo duro
para evitar, en tu ideal maduro,
que te atrapen sirenas algún día.

De su canto, quizás de su figura,
de una Ondina quedaste prisionero
en una isla de mortal lindura.

Y lograste burlas tu carcelero
y encerraste tu barco en la botella
mas no lograste olvidarte de ella.
Juan Manuel Olveira

ANALOGIA


¿Por qué este río me subyuga tanto
al mirarlo en su andar constante y lento?
¿Será que lleva en si pena y contento
que no provoca en él risa ni llanto?

Él toma para si lo que entretanto
le ofrecen en su andar como sustento,
los arroyos, las lluvias y los vientos,
que conforman las voces de su canto.

Este río, andariego y rumoroso,
que toma para sí dolor y gozo
y todo arrastra en su corriente leda,

una lección de vida así me deja
con su pasar: la vida se asemeja
a este río que pasa y aún se queda.
Juan Manuel Olveira

MERIDIANO DE UN ESPEJO



Voy midiendo las horas de la vida
paso a paso, sus sueños y su suerte,
tiempos amor, de fe, dolor o muerte,
de sueños en nostalgia acaecida.

Así el alma de luz estremecida
se aferra a lo vivido, de tal suerte
que al espejo de sueños lo convierte
en fantástica sombra revivida.

Solo recuerdos quedan en la mente
del tiempo transcurrido largamente.
¡Es tan insustancial nuestro pasado

vaporoso y lejano como un sueño!.
Retornar al ayer no nos es dado.
De lo poco a vivir solo soy dueño.
Juan Manuel Olveira

REENCARNACIÒN

Yo vengo desde el fondo del éter sempiterno
donde el Logos labora en sueños la materia.
En la noche del tiempo siendo su misma arteria
me alejé de su seno permanente y eterno.

Y me fui por las sombras, y traspasé el infierno
y fui viento y fui lluvia y dolor y miseria
y fui fango y arena y centro y periferia
y pasión desbordada y amor calmado y tierno.

Y en ciclos perdurables llegué a ser un humano
que aprendió del dolor en su propia existencia
para entender que todo es de una misma esencia,

que el dolor que en mi vive, también vive en mi hermano
y que en cada existencia siempre hay una caída
que agrega así a su muerte, siempre una nueva vida.

Juan Manuel Olveira

EL CICLO DE LA ROSA


No. No cortes la rosa jardinero.
No cercenes su bella arquitectura
para exhibir su forma tersa y pura
como belleza muerta en un florero.

Déjala que en su ciclo verdadero
ella debe cumplir su asignatura
de vivir su belleza y su frescura
y ofrecer su fragancia con esmero.

Y luego ha de morir y su simiente
reposará en lo oscuro dulcemente
hasta que un día surgirá divino,

por ley inalterable de las cosas,
otro rosal que nos dará más rosas,
para cumplir la ley de su destino.

Juan Manuel Olveira

LUZ

Yo busco la verdad inaccesible,
esa luz primordial del pensamiento
que ha de traerme paz, conocimiento,
y tornarán mis días apacibles...

Mas conozco mi mal: es imposible
dejar la noche, donde arrecia el viento
de la ignorancia. El entendimiento
llega al ser exterior casi inaudible.

Como una mariposa en su delirio
busca la luz para encontrar su muerte
así mi alma, librada ya a su suerte,
busca la luz para encontrar martirio.

Mas mi Ser Interior clama porfía:
¡haz de dejar la noche y ver el día!

Juan Manuel Olveira

POESIA

Desde el fondo de mi alma torturada
me acunaron tus ecos, ¡Oh poesía!,
sustrayendo mi ser desde la umbría,
elevándome, así, desde la nada.

Y, a veces, cuando es dura la jornada,
se refugia en tu voz el alma mía,
se estremece de pena o alegría,
para trocarse en verso en la alborada.

Y así serás, mi eterna enamorada,
hasta el día solemne en que vacía
parta mi alma al final a su morada

feliz de su materia liberada.
Ebria, entonces, de luz y de armonía,
ha de rimar los ritmos de la nada…
Juan Manuel Olveira