jueves, octubre 12, 2006

VISION


Orilla el marco azul del cielo,
de las mariposas y de las azaleas,
la visión del silencio...
Puedo, sí puedo, vislumbrar en la tarde apacible
el fortificante aroma de tu piel morena.
He vagado por regiones de sombras
aterido y confuso.
He descubierto los rincones sucios
y enhorinados de mi mente.
¿Hasta cuando el cieno cubrirá las paredes,
el techo, las puertas, las ventanas,
las azoteas de mi alma?.
Quiero inhalar una bocanada de aire fresco y perfumado.
Ahora vienes a mí, como una mariposa,
para posarte aleteando
en mi mano alargada, anhelante,
ávida de caricias nuevas
y puedo sentir el perfume de tu piel
que se expande en la tarde
como una melodía.
Ven, juguemos a que todo será igual
que en el tiempo del amor primigenio
para que la noche no nos atrape
entre sus telas, como una araña negra
y nos consuma para siempre.
Ven, aun queda un tiempo.
Es aún el ocaso...
Juan Manuel Olveira

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